Hoy, es San Valentín, y te echo de menos. Pienso en tu olor, tu calor, tu pelo acariciando mo hombro porque acaba de apoyarte porque te da miedo la película. Hoy no te he visto y sí, te echo de menos.
Hoy es día de recordar esas primeras veces. La primera vez que nuestros ojos se cruzaron y me perdí en ellos, incluso tu risa cuando casi me tropiezo con aquella farola por quedarme mirándote. ¡Ay, esa sonrisa que me ató para siempre a este recuerdo!
Aún tiemblo con el mismo miedo que sentí la primera vez que te agarré la mano bajo la Luna por la playa. Creo que jamás diez segundos se me habían hecho tan eternos como aquellos en que el silencio acompaño nuestros pasos hasta que seguiste hablando. Creo que hasta el mar se calló, expectante de ver cuál iba a ser tu reacción.
Y qué me dices de aquel primer beso, parecía que me habías leído la mente, la imaginación. Yo pensaba en lo bien que te quedaba ese pintalabios negro cuando al tirarme sentí tu mano en mi pelo y tus labios sobre los míos. Magia hechizo, conjuro, fuego. Creo que tú aquí no pasaste tantos nervios, cualquiera se hubiera dado cuenta de la cara que puse cuando vi tus labios tan oscuros como el paseo a casa tras dejarte en tu portal.
El recuerdo de la primera vez que ambos regalamos nuestra intimidad más secreta al otro me lo guardaré para mí; aunque sería honesto decir que, al terminar, cuando sentí tu pierna sobre mi cuerpo tuve claro que no quería el abrazo de otras piernas bajo las sábanas. Así que tendrás que aguantar mis abrazos cada verano por mucho calor que desprenda, que bien que me buscas en invierno.
Me gusta recordar estos momentos porque me hacen valorar cada segundo porque en cualquier instante podría haber cambiado todo. ¿Y si no te hubiera mirado? ¿Y si no te hubieras reído al tropezarme? ¿Y si...? En fin, qué más da, lo importante es que todo nos trajo a este momento.
Y lo que más curiosidad me da y gracia me hace de recordar todo esto, es que, probablemente, aún ni te haya conocido.
"Carta a una desconocida"
Jonathan Gómez Granados
